Iglesia de "Nuestra Señora de La Asunción" - Viso del Marqués, Ciudad Real

La Iglesia de Nuestra Señora de La Asunción se encuentra ubicada en la Calle Virgen del Valle, 8, en Viso del Marqués, Ciudad Real, España. Su número de teléfono es el 926336037 y su página web es donoamiiglesia.es.

Esta iglesia es un lugar de culto católico y también una atracción turística muy popular en la región. Sus visitantes suelen elogiar su impresionante arquitectura y su rica historia. Además, la iglesia cuenta con una entrada accesible para personas en silla de ruedas, lo que la hace un lugar inclusivo y acogedor para todos.

Según Google My Business, la Iglesia de Nuestra Señora de La Asunción tiene un total de 71 opiniones, con una opinión media de 4.6/5. Este alto puntaje refleja la calidad de la experiencia que ofrece este lugar.

Algunas de las características más notables de la iglesia incluyen su impresionante fachada, su hermoso altar y su campanario majestuoso. Dentro de la iglesia, los visitantes pueden admirar hermosos vitrales y esculturas, así como las pinturas y frescos que decoran las paredes y el techo.

La Iglesia de Nuestra Señora de La Asunción es un lugar de gran importancia histórica y cultural en Viso del Marqués. Su construcción comenzó en el siglo XVI y se terminó en el siglo XVII, lo que la convierte en un ejemplo destacado de la arquitectura renacentista y barroca de la época.

Si estás planeando visitar la Iglesia de Nuestra Señora de La Asunción, te recomendamos reservar tiempo suficiente para explorar todo lo que ofrece este lugar. Puedes comenzar por visitar la oficina de turismo local para obtener más información sobre la historia y la arquitectura de la iglesia. También te recomendamos visitar la página web oficial de la iglesia para obtener actualizaciones sobre los horarios de misa y los eventos especiales.

Opiniones de Iglesia de "Nuestra Señora de La Asunción"

Andrés Navarro

5/5

Iglesia del Siglo XV, construida algo antes que el Palacio del Marqués de Santa Cruz. Bien conservada, tanto por dentro como por fuera. El día de la visita dieron una pequeña charla sobre la iglesia y el famoso "Lagarto" que llevó a este municio D. Álvaro de Bazán. En los muros exteriores, se pueden leer varias citas de personajes importantes de la historia.

Antonio Carmona

5/5

LA TREMEBUNDA Y GENUINA HISTORIA JAMÁS ANTES CONTADA SOBRE EL LAGARTO DEL VISO
A finales de la década de los cincuenta del siglo XVI, hallábase Álvaro de Bazán y Guzmán, Grande de España, Señor y Marqués de la villa del Viso, Señor de la villa de Valdepeñas (entre otras titulaciones de rancio abolengo que no vienen al caso), hallábase, decíamos, solazándose por las calles de el Viso en inmejorable compañía, cuando se toparon con Eustaquio, un vecino del lugar de sobra conocido por su petulancia y orondas bravuconadas (en todos los pueblos hay uno, al menos). Traía atado al cinto, oscilando al ritmo de su decidido caminar, un enorme lagarto que, sin duda, habría atrapado en algún descampado cercano a la villa. Dirigiéndose a don Álvaro, le habló de esta guisa: “después da tantas correrías que lleva Vuesa Merced por esos mundos de Dios y de paganos, me apuesto un buen queso de oveja a que nunca ha visto un lagarto tan grande como éste”. Don Álvaro, que era de natural discreto y comedido, solo acertó a pronunciar: “¡Vive Dios que es grande!”, tras lo que se intercambiaron las típicas frases de cortesía para las despedidas, según la usanza en aquella época.
Apenas comenzaron los años setenta del mismo siglo, cuando el Imperio otomano comenzó a dar por… a dar problemas. Así que hacia allá: hacia la naval Batalla de Lepanto navegó nuestro intrépido Almirante, capitán General de la Mar Océana, a partir la pana en el griego golfo de Patras. Después de la incontestable victoria, decidió nuestro héroe regocijarse en una terraza Chillout a orillas del Nilo, donde tocaban una calm&relaxing música de cámara. Mientras trasegaba con fruición cubatas “frescas” on the rocks que de forma solícita e incesante le ofrecían, divisó en la orilla del Nilo el mayor lagarto jamás por él visto, al menos veinte veces más grande que el que inspiró la ahora vana jactancia de su vecino Eustaquio. Dio las instrucciones pertinentes para que lo capturaran y lo subieran a bordo del barco rumbo a la costa hispana, desde donde sería trasladado por Rutas Imperiales, a través de Sierra Morena y el puerto de Muradal hasta El Viso, enclave elegido por don Álvaro para desplegar sus prestezas bucólicas y cinegéticas.
Una vez allí, don Álvaro, comedido y discreto, como apuntábamos más arriba, pero con una retranca y sentido del humor un tanto peculiar, informado de que su vecino Eustaquio iba a salir de su casa nada más amanecer a llevar a cabo la sana y rural actividad de la recolecta del espárrago, ordenó que colocaran aquel gigantesco lagarto en el umbral de su puerta a modo de alfombrilla. Don Álvaro y algunos vecinos se apostaron en la esquina más cercana para deleitarse ante la inminente reacción de Eustaquio. Eustaquio, aún medio dormido, abrió la puerta y con su primer paso apoyó el pie derecho sobre el lomo de aquella enorme alimaña. Dio un gran respingo con tan mala fortuna que colisionó su cráneo (también de generosas dimensiones) contra el dintel de su propia puerta. Aquello ahogó las primeras carcajadas que ya se esbozaban en la esquina más próxima al escenario de aquel planeado vodevil. Afortunadamente, no hubo que lamentar más desgracia que la de un chichón incipiente (también de generosas dimensiones) en la aldeana coronilla de Eustaquio.
Una vez satisfecho el deseo por el que se había transportado al gigantesco reptil, andaba don Álvaro cavilando por la Plaza del Pradillo qué hacer con el susodicho, cuando se le acercó de repente, como guiado por la mano de Dios, el párroco de Nuestra Señora de la Asunción, quien siempre saludaba (como otros muchos curas) con su frase protocolaria de bienvenida. “¿Qué me traes, hermano?” En esta ocasión, don Álvaro sí que le traía algo que pasaría a formar parte del patrimonio de la villa, una vez disecado e instalado en uno de los muros de la parroquia. A los pocos días, recibió don Álvaro de la mano del compungido Eustaquio un queso de oveja. Las dimensiones de éste no eran tan generosas, dicho sea sin acritud.

Manuel Jesús Ceballos García

3/5

Templo gótico, construido antes que su famoso vecino el palacio.
Alberga la Imagen de Nuestra Señora del Valle, y distintos y originales objetos entre los que destaca el cocodrilo del Nilo que don Álvaro de Bazán cazó en el Nilo, cuando volvía canear a los turcos en Lepanto. Cuenta la leyenda que aquí pasarían una noche los despojos de Isabel la Católica (Muerta en Medina del Campo), en su traslado a su tumba definitiva en la Catedral de Granada. También albergó esta cuidada iglesia, la segunda tumba del Marqués del Viso

Antone Vazquez

4/5

Iglesia del s. XV. En el exterior es robusta y sobria, pero elegante con su arquería corrida de la parte superior. En el interior, a falta de elementos ornamentales destacados, es reseñable el cocodrilo africano que parece escalar una de sus paredes.

Juan Salas

4/5

Fue construida en el siglo XV, junto al Palacio del Marqués de Santa Cruz, sobre los restos de otra iglesia más antigua. Es una iglesia robusta y sobria, con muy poco elementos decorativos. Como curiosidad, en una de sus paredes se puede ver un cocodrilo o como lo llaman los lugareños " El Lagarto del Viso". El cocodrilo mide entre 4 y 5 metros y fue traído del Nilo en una de las expediciones del Marqués.
En esta iglesia fue enterrado don Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz.

MaggothOg

5/5

Fuimos al Viso del Marqués a visitar el palacio de Don Alvaro de Bazan. Antes, pasando por la plaza vimos que la iglesia estaba abierta, y nos metimos. Allí nos encontramos a Gabriel el Hijo del Sacristán, que nos enseñó de forma altruista y muy interesante la iglesia y todo lo que en ella se guarda, como el lagarto del viso, y la Santa Lucia emparedada en el presbiterio en el siglo XVIII. Un acierto total, y muy recomendable.

Maria Escudero

5/5

Hemos visitado esta linda iglesia y nos ha sorprendido el cocodrilo que hay en ella. Digno de ver.

José Miguel Valiente

5/5

Templo barroco donde lo más destacable es el impresionante cocodrilo del Nilo que Don Alvaró de Bazán donó. Sin duda la explicaciones del simpático guía del templo lo mejor y nos descubrió muchas cosas de este que sin él habríamos pasado por alto. Nuestra más sincera enhorabuena por la labor que realiza.