Hotel Rural Abejaruco - Cuevas del Valle, Ávila

Arantxa R.

Para empezar había arañas por todos los rincones de la habitación. Tenías que elegir entre asarte de calor o abrir las ventanas y que entraran todo tipo de bichos ya que no hay ni una sola mosquitera. No tiene cartel para poder llegar al hotel lo cual es una odisea para encontrarlo. Luego te venden un servicio de “hotel” cuando no te cambian ni las toallas ni hacen las camas ni limpian las habitaciones, lo cual preguntamos al dueño y nos dice que no se limpia nada hasta que no nos vayamos. Nos preguntaron si cogeríamos desayuno o comida con ellos indicándonos que teníamos que decidirlo ya y le dijimos que no, a lo cual nos contestó “no se puede comer comida de fuera en las zonas comunes”. Lo veo lógico siempre y cuando tengas algo para poder comprar en el alojamiento para comer y beber entre horas, pero tampoco dan ese servicio. La puerta principal del alojamiento es un portón de madera que cada vez que tienes que abrir a mano es una odisea, te clavas astillas, tienes que abrir y cerrar a mano y luego salir por otra puerta lo cual se te quitan las ganas de sacar el coche. Dice que tiene una sala con billar y dardos sin embargo la tiene siempre cerrada porque “hace mucho ruido”. Todo eso lo hubiéramos pasado por alto pero ya para colmo, nos vamos a dormir y resulta que el colchón es de muelles y dado la vuelta. En los 3 días que estuvimos no pudimos descansar por lo incómodo que era y nos levantamos con un dolor de espalda y cervicales increíble. No puedes tener ese tipo de colchones en un sitio al que se va principalmente a descansar. Desde luego no volveremos.

Javier C.

Como lugar para desconectar y estar tranquilo esta genial. Las vistas son increíbles las instalaciones aunque están un poco descuidadas, no están mal del todo.
La ubicación de la casa es inmejorable, hay muchas rutas y sitios para visitar que están muy cerca.
Pero lamentándolo mucho no volveremos a este lugar. íbamos a estar 4 días y nos tuvimos que ir a la segunda noche.
En la habitación que estábamos entraban decenas de arañas. Estuvimos dos noches sin poder dormir matando arañas, la verdad que fue muy desagradable. Íbamos para descansar y salimos de ahí con un ataque de nervios tremendo.
El desayuno iba incluido, a mí la verdad que me gustó lo que había. Una lastima que no tiene nada para comer ni cenar, solo un par de días alternos que viene un cocinero. No pude probarlo, ya que nos fuimos antes.
Es una pena que esté tan mal llevado, ya que el sitio es espectacular.
Por cierto, dentro de la habitación hacia un calor insoportable al no poder abrir las ventanas por la arañas, ahí no había quien estuviera.
NO LO RECOMIENDO, A NO SER QUE PONGAN AIRE ACONDICIONADO Y SOLUCIONEN LA PLAGA DE ARAÑAS.
Tampoco me gustó el tener que tener todo el tiempo a mi perro atado, con todo el sitio que había para que pudiera corretear,voy no la pude soltar

Juliana A.

Hemos estado tan solo una noche y se nos hizo corta la estancia. El hotel rural está en un enclave natural impresionante, donde converge la tranquilidad del monte y el respeto a la geografía y las especies típicas de la región. La habitación estaba muy bien cuidada y el desayuno que nos sirvió Luis estuvo muy rico y variado. A mí personalmente me pareció bastante profesional y amable. Es una escapada ideal para los amantes de la naturaleza que desean descansar y cargar baterías en un local bonito y ecológico.

Audrey A.

No entiendo las reseñas negativas. Hemos estado alojados un fin de semana y las habitaciones estaban perfectas. Es cierto que el colchón no era de los mejores y había ciertos bichitos, pero si te alojas en medio de un bosque lo normal es que haya insectos que se puedan colar en las habitaciones. En cuanto al trato del dueño, es un señor muy serio pero respetuoso y no tuvimos ningún problema con el, de hecho nos aconsejó sitios que visitar.

Rocío A. G.

Lo único bueno del lugar ha sido la naturaleza que le rodea, que no tiene nada que ver con el "hotel". Bueno, la piscina también es salvable, y las hamacas cómodas.
Ahora bien, el "hotel", que no es hotel porque no tiene servicio de habitaciones ni te cambian las toallas ni nada, aunque te lo cobren como si lo hicieran, se cae a pedazos literalmente. Ya para entrar tienes que abrir un enorme, viejo y astillado porton (que es como el que sujeta Hodor en juego de tronos) que te quita las ganas de salir y de vivir... En cuanto a las habitaciones, las puertas no cierran bien, no tiene ni mosquiteras, esta todo lleno de grietas y telarañas que ni quitan. Algunas habitaciones tienen colchones de muelles, y todas las Almohadas son como piedras.
Y la joya de la corona es el dueño, un tipo con cero amabilidad, que parece que le molesta que te dirijas a él y te contesta con ironías. Su única preocupación es que le pagues en efectivo al entrar.
Una pena, porque el sitio tiene mucho potencial.

Dánery D. L. V.

Recomendable 100% si lo que quieres es desconectar y tener un fin de semana relajado.

El anfitrión, muy atento y amable, , nos recomendó algunas rutas para hacer con nuestra perrita.
La comidas y atención perfecta. Cantidad idónea. En todo momento te preguntan si quieres más, tanto comida como bebida.
Habitación estupenda, es un hotel rural con vistas preciosas y un entorno muy agradable.

Nosotros fuimos embarazados y ya os digo que es el mejor lugar para estar tranquilos.
Las zonas comunes estupendas, equipadas con tv, algunas películas, ajedrez…

Antonio A. R.

Lugar tranquilo y buenas vistas siempre que la habitación de a la piscina.
Habitación cutre mal cuidada las puertas se caen ,sin mosquiteras ,huecos que pueden pasar todo tipo de insectos incluidas arañas,por supuesto sin aire y al tener que abrir las ventanas imaginad la cantidad de bichos que entran
El portón de salida es una lucha perdida siempre gana él.
Solo cobran en efectivo y la excusa es que no hay cobertura cosa que no es cierta..en fin repetiré la experiencia jojojojo

Jonathan S.

El entorno es espectacular, pero las habitaciones dejan mucho que desear, el agua de la ducha dependiendo de la hora sale muy poca, el motor de la hélice para energia eólica lo teniamos al lado de la habitación y con la ventana abierta (no hay aire) es imposible dormir con el ruido que hacía. El cabecero estaba suelto y cada vez que te movias golpeaba en la pared.