Clos Figueras - Gratallops, Tarragona

Carla Martínez Micola

Un Restaurante muy acogedor.
Tienes terraza que con el solecito se está muy bien para tomar el vermut y dentro tienen poquitas mesas pero se come muy bien. Llamar para reservar.
Hay bastante variedad.
Nosotros pedimos pan con tomate, una selección de patés y de segundo, langoniza al plato. Muy bueno.
El personal es muy atento y educado. Nos ha gustado mucho.

Ines Nicolas

He estado unos días alojada. He probado el estupendo desayuno y también una comida en el restaurante. Todo me ha parecido fantástico, muy pensado en la experiencia del cliente. He tenido la ocasión de compartir un poco de la sabiduría de personas que les apasiona su tierra, su vino y su profesión. Estoy muy agradecida.

valentina parrotta

El lugar perfecto para poder disfrutar de unos días tranquilos entre viñedos.
Clos ofrece un menú abundante acompañado por un óptimo maridaje de un vino blanco y varios tintos.

El jardín y la bodega son un encanto.
Xavi y todas las personas que gestionan la bodega son amables y disponibles.
Habitaciones renovadas y limpias , ¡volveremos!

Miriam

Gran experiencia. Comida de calidad, habitaciones amplias, con vistas y muy limpias y una cata de vinos personalizada. Javi nos ha deleitado con sus conocimientos viticolas. Ha sido muy interesante. Tienen una coca de crema que es todo un espectáculo. No se puede pedir más! Muy recomendable

Ricard Gonzalez

Fantástica experiencia de turismo vinícola. En el edificio sede de la bodega Clos Figueras se procesa y embotellan sus vinos y además tienen un restaurante y cuatro habitaciones para huéspedes. Nuestra habitación era blanca y diafana, con vistas a las montañas y viñedos de Gratallops. Entorno del hotel con emparrados y jardín agradables.
Atención del personal muy buena, felicitaciones. Destaco a la atenta y simpática cocinera que nos hizo el desayuno, y a la encargada de comunicación que nos hizo el tour por la bodega y la cata, entusiasta y didáctica.

Juan Carlos Muñoz Gomez

Toda una experiencia para repetir!!
Hemos pasado un día genial en familia, combinando la visita a la bodega, la cata de vino y el menú en el restaurante.
Felicitar a Javi por todo lo que nos ha enseñado y cómo nos ha tratado.

Antoni egea

Hoy he tenido el gran placer de visitar la bodega y posteriormente comer en el restaurante con mi señora, decir que hemos visitado muchas bodegas y cavas , decir que hemos quedado muy complacidos, tanto la atención que han tenido, como la calidad de sus vinos y comida, solamente animar a la gente que vaya a conocer y deleitarse de sus vinos, desde Torredembarra muchas gracias

Marcos Palacios

Hoy hemos estado en el restaurante comiendo. Las bodegas son bonitas, escogí este sitio entre muchos por las reseñas y las fotos. Pues bien, no diría que la experiencia ha ido mal, pero hemos salido bastante decepcionados. No hemos tenido ninguna tranquilidad ya que había una mesa con muchos padres y niños totalmente descontrolados que parecía que estaban en su casa. Entiendo que esto es cuestión de suerte, recomendaría comer dentro si buscáis algo más tranquilo. Lo que más nos ha sorprendido el servicio impersonal que hemos recibido. Al llegar ha habido una camarera que ha pasado tres veces por delante mío como si fuera un fantasma, sin mirarme a la cara y sin mediar palabra, cuando yo me encontraba al lado de la mesa reservada y era evidente que esperaba un hola, tenéis reserva o similar. Al final hemos ido dentro y le he dicho a otro camarero que teníamos una reserva, que creía que era la mesa de fuera pero que faltaba una silla. Me ha dicho que ya la sacaba pero no ha salido, por lo que hemos acabado cogiendo una silla de otra mesa. Esto es algo normal en un bar, pero no me lo espero de un restaurante y bodega de esta categoría. Siguiendo con el trato impersonal, pedimos, no hay recomendaciones de vinos o comida, y cuando traen los platos se limitan a dejarlos en la mesa e irse. La calidad de la comida es buena, pero como el servicio no lo es, nos han traído unas costillas de cordero poco hechas, y no ha pasado un camarero durante 20 minutos, por lo que al final si queríamos comentar cualquier cosa nos obligaba a levantarnos. Nos han servido el postre y no teníamos cucharas, se lo tengo que recordar al camarero, han pasado 3 por nuestra mesa, a cada cual más perdido. Eso sí, había una pareja con un perro que tenía un trato especial, creo que habían hecho una visita a la bodega y una de las camareras sí que les estaba dando un trato más personalizado.

En fin, los camareros muy flojos, pero el sitio es bonito y la comida y el vino de muy buena calidad. Lástima.